Nueva visita: leyendas de Tarragona

 

    Ubi sunt qui ante nos, in mundo fuere? ¿Dónde están los que nos precedieron? Podríamos responder que está su memoria, lo que nos legaron: ideas, literatura, crónicas, anécdotas,…todo lo que los que han pisado este rincón de mundo con sus cuitas, vivencias, miserias y grandezas sólo han dejado una porción de sí mismos para los que hemos venido detrás, e ignoramos el resto.

     Bien podríamos decir que es verdad. Pero, ¿estamos seguros de que sólo han legado un trozo de sus vidas para que las podamos recordar?

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     La noche con sus sombras proyecta una luz distinta, fascinante y a la vez misteriosa sobre Tarragona. Calles que todos conocemos pasan a tener otro aspecto, los gatos campan más libremente conocedores en su soberbia de su mejor vista y su habilidad, y hay esquinas oscuras donde algo, fugaz, apenas perceptible, se proyecta en un abrir y cerrar de ojos.

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     Hay siempre una intrahistoria distinta en el discurrir de una ciudad. Cosas que no están en las crónicas oficiales, que se transmiten a través de textos más difíciles de encontrar, o incluso por tradición oral. Y estas anécdotas ayudan a dar forma también a Tarragona, protegida y a la vez amenazada por espíritus rencorosos o protectores, que ha visto guerras con la miseria y el Mal que conlleva, muertos en extrañas circunstancias e incluso exorcismos.

     Vengan con ARGOS a descubrir esta intrahistoria, aprovechando que la luz ha huido de nuestras calles y la oscuridad campa a sus anchas. Misterios, rincones, anécdotas para no dormir y curiosidades que dan que pensar, porque, ¿quién sabe?, es posible que algunos de los que nos precedieron…sigan entre nosotros.

     DIA: Lunes y miércoles

     HORA: 22:30h

   PRECIO: 8€ adultos//5€ niños (7-16) y jubilados.

     PUNTO DE ENCUENTRO: Portal del Roser

Visitas al campanario de la catedral de Tarragona

 

     La vida cotidiana es caprichosa. A base de pasar por los mismos sitios, o vivir en la misma ciudad, hay detalles que se nos escapan puesto que al formar parte de nuestro día a día ni le prestamos atención, y eso sirve tanto para una tienda, para las caras de los que nos cruzamos en el mismo ángulo para ir a trabajar o un edificio.

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  En Tarragona no escapamos a este hecho. La muletilla “de toda la vida” tapa la realidad de que como algo siempre ha estado ahí casi que nos da la sensación de conocerlo cuando en realidad ignoramos sus peculiaridades. El paradigma de este hecho es algo que siempre ha estado ahí, en un punto elevado de la ciudad, fotografiado por ciudadanos y visitantes, visto en ocasiones especiales y de alguna manera querido, pero al que nunca nos hemos atrevido a adentrarnos en sus detalles, como se quiere a un vecino entrañable pero del que se ignora si tiene familia o de qué trabaja.

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     En nuestro caso, la catedral es el claro ejemplo de algo que se sabe que está ahí, se admira lo más obvio, su espectacularidad, el rosetón o la imponente mole. Y poco más.

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     No repetiremos que se ha reinaugurado tras dos años de obras de restauración y que ahora luce en todo su esplendor, o que hemos recuperado frescos que habían permanecido ocultos. Pero por fin ahora en Tarragona tendremos la oportunidad de visitar lo que nadie antes ha podido ver del principal templo de la ciudad gracias a las nuevas visitas organizadas por la Catedral y realizadas por ARGOS SERVEIS CULTURALS.

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     ¿Sabían que el claustro oculta un muro romano del complejo sacro de culto imperial romano del siglo I dC? Ahora se podrá visitar. ¿Y quién no ha pensado nunca en poder contemplar Tarragona a sus pies y se ha conformado con hacerlo desde la Torre del Pretorio? Ahora tenemos la oportunidad de encaramarnos al punto más alto de la ciudad subiendo al campanario, donde todavía hay las campanas originales que marcan el calendario litúrgico, y desde donde está la Capona, la campana horaria, admirar las increíbles vistas.

Horario:  Sábado, a las 10:00, 11:30 y 16:00.

Precio: 15€ adultos y 10€ jubilados

Contacto: reservas@argostarragona.com

Telf: 670 55 34 04 y 696 27 78 57

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Visita Tarragona en 4×4

Cuando uno sale de viaje, cada cual busca lo que más le interesa. Los hay que prefieren ruinas, catedrales e historia, otros optarán por tranquilidad y silencio para desconectar del mundanal ruido, alguno querrá empaparse de los productos de la tierra catando manjares y caldos, y puede incluso que los haya que para relajarse necesitará escalar una pared escarpada.

En cualquier caso, lo que es seguro que la gente busca, y cada vez más, es hacer algo relativamente original y, sobretodo, que les despierte nuevas sensaciones que hagan de esa escapada, o de las deseadas vacaciones, algo irrepetible y que sea distinto a lo que han hecho hasta la fecha.

En Tarragona, una buena opción es escoger alguno de los recorridos en coches todo terreno que ofrece el Club Tortuga, especializados en recorrer el territorio por caminos y senderos con sus vehículos y sus conductores que conocen cada palmo del terreno, y permitiendo de este modo el acceso a espacios desde una ruta poco habitual que permita una aproximación a la belleza del paisaje.

 

Caminos tortuosos llenos de baches que te hace saltar dentro del 4×4 como si estuvieras dentro de una coctelera, cuestas empinadas que jamás dirías que pueden salvarse yendo sobre ruedas o cruzar un río de poca profundidad salpicándolo todo son cosas que hacen que esa ruta marque la diferencia con lo que se haya podido hacer antes.

¿Quién no sabe de la existencia del mausoleo de Centcelles, del siglo IV, con su famosa cúpula de mosaicos? Pero, en cambio, ¿cuántos han accedido allí atravesando las colinas y cruzando a la brava el Francolí? O explorado los recovecos del Pont del Diable, que es más que un acueducto romano, es un antiguo jardín privado comido ya por la naturaleza y donde gracias al Club Tortuga, y tras caminar por senderos estrechos, se puede admirar una cantera de más de 1.900 años, con un túnel excavado a pico y pala en la roca para abrir un pozo de agua para los que allí trabajaban, pasando al salir por el memorial a los muertos en el asedio de Tarragona de 1811 en el antiguo cementerio francés.

Aunque sin duda uno de los atractivos de la excursión, una de tantas que ofrecen por la provincia, es el ascenso en el todoterreno hasta la altura de Sant Sulpici, a 111 metros sobre el nivel del mar, desde la cual uno puede ver Tarragona, con el campanario de la catedral coronando la ciudad, además del campo circundante, el mar, y el castillo de Altafulla.

Si se quiere algo distinto, indudablemente los tours en 4×4 del Club Tortuga son la solución.

Gladiadores de Tarraco – Especial familias

Los restos romanos que dan monumentalidad a nuestra ciudad son museos que generalmente visitamos con una cierta distancia, tanto cronológica como humana: nos impresionan las ruinas y las vemos como algo hecho hace casi dos mil años.

Pero no hay nada tan formal que no se permita descubrirlo con otros ojos, y en eso los niños son unos expertos, pues a través de ellos podemos intuir lo que los adultos ya sólo soñamos.

Cuando una familia hace una visita acostumbra a tener ciertas reservas sobre si será suficientemente amena para captar la atención de los más jóvenes permitiendo así a los padres saber un poco más del espacio que están visitando, cosa comprensible pues está claro que el discurso para un adulto no puede ser el mismo que para un niño.

¿Pero qué pasaría si por una vez la visita estuviera hecha desde una perspectiva amena y cercana para que captara la atención de todos? ¿Y qué espacios de Tarragona estaban dedicados precisamente a entretener a los ciudadanos? El circo y el anfiteatro.

Le proponemos que vengan con su familia no para visitar sino para vivir los monumentos, sentirse un romano que va con los suyos a divertirse y a pasar el día. Viviendo con los niños la diversión que tenía lugar entre los muros del circo y sentir la emoción de los gladiadores luchando en la arena, pues ya no será sólo escuchar, sino en participar y que los niños viajen a la época romana y se sientan público del espectáculo, conductor del carro que ha vencido en la carrera y es aplaudido, vendedor en una de las tiendas del circo o incluso gobernador de Tarraco presidiendo los juegos en el anfiteatro.

Con nuestra visita usted visitará nuestros recintos declarados Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, pero sus hijos vivirán la Historia que contienen los restos del circo y del anfiteatro.

2.000 años de historia


Empezando por Cádiz, quizá el núcleo habitado más antiguo de España y del Mediterráneo Occidental (s. VIII aC), nuestras urbes son como las cebollas, tienen un buen número de capas que les han ido dando forma, carácter y patrimonio, y juntamente con su gastronomía, sus gentes y su clima son los elementos que la pueden hacer atractiva. E incluso, a veces, un tiempo que podría estorbar no le resta encanto, pues ofrece mil elementos que admirar.

 

Se puede tener mucha historia y no por ello se muestra en su esplendor: ¿qué queda de la Gerunda roman?) Y en cambio, Girona ofrece mil alternativas a buscar unas ruinas igualmente fascinantes.

Nosotros, pero, podemos considerarnos afortunados: Tarragona es una capital fundada hace más de 2.200 años que, imperturbable al lento pasar del tiempo, sigue erguida y orgullosa desde su atalaya mediterránea, escorando suavemente hacia Poniente ofreciendo, casi como tributo, sus playas, su barrio de pescadores y esa brisa marina que, según como sople el viento, se puede adivinar desde cualquier rincón.

Descartemos por una vez una visita temática, dediquémosle tiempo al todo y no a una parte, pues concentrarse en un fragmento de la historia nos hace dejar de lado otros elementos igualmente atractivos. Así como quien visite el Panteón de Roma no se le pasará por la cabeza no ver el Vaticano, asumamos que en Tarragona, con aún más facilidad, se pueden recorrer dos mil años en un agradable paseo.

Empezando por las murallas, acaso lo más antiguo preservado y sin olvidar el circo, podemos dejarnos guiar por las callejuelas medievales a cuya sombra se alza una imponente catedral gótica, y de ahí echar un vistazo al ensanche moderno: la fachada del Ayuntamiento, resumen de nuestra Historia, la Rambla con sus edificios modernistas y el mejor mirador de Tarragona, el Balcón del Mediterráneo.

INFO VISITAS INDIVIDUALES: http://www.argostarragona.com

 

«Tarraco, la puerta de Roma»

          Annibal ad portas! Con este grito, entre la sorpresa y el miedo, los romanos constataron que los ejércitos de Cartago habían superado tras larga marcha todos los obstáculos naturales (que no eran pocos) y humanos (que fueron muchos) desde la lejana Kart-Khadash en Hispania, y ocupaba Italia, derrotando a todas las legiones que el Senado levantaba para derrotarlo.

Para cortar el flujo de suministros cartaginés, Gneo Escipión desembarcó en el Levante hispánico y construyó un campamento en lo alto de una colina desde la cual dominaba el terreno circundante y a la orilla del mar. Este establecimiento militar no se desmantelará con la victoria en Zama liderada por el sobrino de Gneo, Publio Cornelio Escipión el Africano, sino que será a partir de entonces el núcleo principal de asentamiento de Roma en Hispania, donde las tropas podrán descansar de las campañas de expansión y donde se acuñará moneda para poder pagar a los soldados.

Es precisamente el hecho de ser el primer asentamiento romano fuera de Italia que dará a este campamento, mutado en ciudad con el nombre de Tarraco, un lugar de primacía en el organigrama imperial.

Tras unos inicios oscuros deberemos esperar a la presencia de Julio César en nuestra ciudad, en el año 47 aC, durante sus campañas contra los pompeyanos, en que por el apoyo que mostró la urbe a la causa cesariana será recompensada con el título de Colonia y el epíteto de Iulia (por el cognomen de César) y  Triumphalis.

         Y es debido a este rango lo que motivará que veinte años más tarde el emperador Augusto escoja Tarraco como lugar de residencia durante dos años (27-25aC), inaugurando aquí su octavo consulado, recibiendo embajadores de principados de la India y gobernando el Imperio desde la ciudad bañada por el Tulcis, nuestro Francolí.

Primera fundación romana más allá de los Alpes, guardiana de las enseñas de César, sede del gobierno imperial al albergar al propio emperador y capital de la provincia de la Hispania Citerior Tarraconense, la más extensa de todo el orbe romano hasta finales del siglo III dC.

Son suficientes motivos para hacer de Tarraco una ciudad crucial durante la Antigüedad, cuyo esplendor aún perdura en sus monumentos de una magnificencia que sigue sorprendiendo al visitante y que fueron declarados Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en noviembre del año 2000.

Sobran motivos para dejarse guiar por la historia de una ciudad bimilenaria que alberga en su interior, cual huevo Fabergé, las ruinas de un imponente circo, o el espacio de gobierno, el Foro Provincial, además de estar cerrada su parte vieja por las murallas romanas más antiguas de Occidente fuera de Italia.

¿Cómo descubrir los secretos de la ciudad? Déjate guiar por Argos por los vestigios más importantes de Tarraco. Por sólo 10€ podrás sentirte como un romano de la época, situándote en los lugares más frecuentados por los tarraconenses del siglo II dC, visitando la muralla, el circo y anfiteatro romano.

         Infórmate en nuestra web http://www.argostarragona.com sobre los horarios y fechas de esta visita guiada. Guiada por los mejores guías de Tarragona, amantes de su trabajo y su historia.