Inauguración de la Capitalidad de la Cultura Catalana, Tarragona 2012.

Desde 2006 que distintas ciudades de los territorios catalanohablantes han organizado un año dedicado a la cultura catalana para ponerla en valor y darle una mayor proyección. Si 2011 fue la localidad andorrana de Escaldes-Engordany (Andorra) y en 2013 será Ripoll, 2012 es el año de Tarragona.

El pasado sábado 25 de febrero, en el Palacio de Congresos, se dio el pistoletazo de salida a un año que todos esperamos sea fructífero a pesar de que la coyuntura económica no es precisamente boyante, pero debemos empezar a entender que hay que saber interpretar las crisis como un periodo de cambio y, por extensión, de evolución y mejora.

El acto, creado por el tarraconense Marc Chornet, tuvo el acierto de saber poner en un mismo escenario a las distintas entidades que, de un modo u otro, trabajan para Tarragona desde varios ángulos, desde la Orquesta Camerata XXI a l’Esbart, con las fotos del inefable Pep Escoda, la voz de Marta Matheu acompañando la ligereza de la bailarina Arantxa Sagardoy, con la siempre admirable precisión de les colles castelleres e incluso con un cuadro pintado en directo y luego troceado y repartido entre los asistentes como simbolismo de la cinta inaugural. Y, como hilo conductor, la actriz Neus Pàmies que hizo las veces de guía por los rincones con encanto y de referencia de nuestra ciudad, aunque el texto pecara de identificar Tarragona con la Parte Alta.

Parlamentos políticos aparte, el acto simbolizó la apuesta tarraconense en este 2012 y dejando de lado algún que otro problema de sonido sólo los cáusticos Dames i Vells pusieron el dedo en la llaga para criticar lo que otros piensan en silencio: el error de ser capital cultural eliminando de un plumazo actos ya consolidados desde hace años que podrían ser un puntal para la promoción de Tarragona como son el Festival Dixie, los fuegos o el cierre perpetuo de la Necrópolis.

Tarragona tiene una oportunidad para demostrar que sabemos crear cultura, además de consumir la que siempre hemos producido (castells, fiestas mayores y Semana Santa). Esperemos que la capitalidad sirva para proyectar aún más aquello que de increíble tiene nuestra ciudad.

Paseo Arqueológico: un par de curiosidades

La ciudad de Tarragona estaba protegida por su zona Norte por un desnivel muy abrupto del terreno que fue fortificado para una mejor defensa ya desde el establecimiento del primer campamento romano allá por el 218 aC.

Este recinto murario fue mejorado en el siglo XVIII con una serie de fortines que llegaban hasta el mar, empezando por el fortín del Rosario en lo que hoy es el Parque Saavedra en el Portal del Roser, continuando por la contramuralla del Paseo Arqueológico (Fortín Negro, Baluarte de Santo Domingo,…) y siguiendo hasta la playa del Milagro con los fortines de San Jacinto, la Cruz, Puente de Armas, Sant Jordi y la Reina, de los cuales los dos últimos han llegado intactos hasta nuestros días y el primero tiene el antiguo (y abandonado) sanatorio de la Casa Blanca por sombrero, además del baluarte de San Clemente, probablemente más conocido por haber tenido encima al Hostal del Sol.

Si caminamos por el Paseo Arqueológico lo haremos por un espacio que alberga más historia de lo que parece, a pesar de que no fuera muy útil en el asedio de 1811, pues el mariscal francés Suchet era un profesional que no arriesgó a sus tropas estrellándolas contra este espacio fuertemente defendido y optó por atacar desde el Sur, por la zona del Francolí. Pero los que sí posiblemente fueran ruidosos testigos del asedio y toma de la plaza son los cañones que, firmes y discretos, aún apuntan por la muralla hacia el Campo de Marte, reliquias del siglo XVIII que fueron montados de nuevo en cureñas de madera hechas para la ocasión para decorar ese espacio cuando se abrió el Paseo Arqueológico al público.

Bueno, abrir es un decir, pues fue organizado durante la República pero inaugurado oficialmente en 1940 por los ministros de Exteriores de Franco y Mussolini, Serrano Suñer y el conde Ciano, respectivamente. Fue más adelante, pero, cuando se colocaron las piezas de artillería que hasta ese momento habían sido reutilizadas para finalidades menos bélicas, pues habían estado enterrados hasta la mitad en los muelles del puerto para que los barcos pudieran atar sus amarres. Por eso, si uno se fija bien, verá que una mitad del cañón está completamente oxidada al haber sido la parte expuesta a la intemperie, mientras que la que estaba enterrada en el muelle está lisa y entera.

Pero si se sigue caminando por el Paseo Arqueológico, al final de todo, se podrá contemplar el campo de futbol El Roqueral, enclavado encima de lo que probablemente sea el baluarte más antiguo de Tarragona, el de Stahremberg, construido en el siglo XVII y llamado así en honor del conde Guido Wald Rüdiger von Starhemberg (1657-1737), comandante en jefe de las tropas austríacas en España durante la Guerra de Sucesión y virrey de Cataluña en 1711. Sus muros pueden ser contemplados desde el Passeig Torroja a la izquierda desde las Piscinas Tarraco justo después del párquing.

 

 

Fundación Mútua Catalana (Sitio de Tarragona).

El 3 de mayo de 1811, un ejército francés al mando del general Suchet ponía sitio a la ciudad de Tarragona, mal defendida por su comandante en jefe, el marqués de Campoverde, que se retiró con buena parte de sus fuerzas para atacar, decía, al enemigo por la retaguardia…y aún lo estamos esperando.

Tras 56 durísimos días de asedio, los napoleónicos abrieron brecha en el baluarte de San Juan (hoy, calle de l’Assalt) y avanzaron, a pesar de la desesperada resistencia de las tropas españolas capitaneadas por los generales Contreras y González y de la ciudadanía, hasta el Pla de la Seu, donde se libró la lucha final. Después, tres días de saqueo y destrucción y tres años de ocupación finalizada el 19 de agosto de 1813, cuando los ocupantes se retiraron después de volar por los aires toda fortificación que aún quedara en pie.

Para conmemorar el bicentenario este hecho de armas que marcó para siempre el futuro de nuestra ciudad, a lo largo de 2011 se han celebrado una serie de actos, el último de los cuales tuvo lugar el pasado jueves 16 de febrero.

En la sala de actos de la Antiga Audiència, llena hasta la bandera, la Fundació Mútua Catalana presentó el libro, editado por Camí Ral, y escrito por Manuel Fuentes i Gasó conjuntamente con Joan Maria Quijada y Neus Sánchez: Memòria del setge i ocupació de Tarragona. La Guerra del Francès en els fons documentals de l’Arxiu Històric Arxidiocesà de Tarragona (1808-1814). Una recopilación interesantísima de documentos escritos de primera mano por personas y personajes que vivieron la crudeza de la guerra así como distintas anécdotas de los tarraconenses y de sus autoridades durante aquél periodo.

Amenizado con piezas de Bach y “El cant dels ocells” al violonchelo, el acto concluyó con un aperitivo servido en la bóveda del Pallol. Y bajo techo romano, también testigo del asedio francés, concluyó el acto, recordando que de las cenizas de 1813, Tarragona recuperó el impulso vital.

 

Dos espacios (casi) desconocidos.

Las propias ruinas de Tarraco nos remiten a su grandeza pasada, que nunca nos cansaremos de elogiar por su monumentalidad e importancia aparte de que es, debe ser y será uno de los grandes imanes de atracción de turismo, pues aunque hay otras ciudades que nos superen, la nuestra tiene un toque especial.

Ampliamente conocidos son las murallas, el circo, el Pont del Diable,…pero tenemos dos lugares que, desgraciadamente, pasan mucho más desapercibidos, no ya por nuestros visitantes sino a veces también para los encargados de su conservación. Y ambos tienen en común a la persona que los excavó y estudió, un tarraconense de pro nacido en Cardona en 1879, el religioso Joan Serra i Vilaró, arqueólogo al que le debemos el descubrimiento de espacios que deberían ser emblemáticos en Tarragona.

Uno de ellos es el Foro de la Colonia, un amplio yacimiento enclavado detrás del Mercat Central entre las calles Lleida i Soler, y a un nivel superior. El Foro que hoy se puede visitar no es más que una pequeña parte de la gran plaza de Tarraco desde la cual se administraba el día a día de la ciudad, pues para admirarla entera sería necesario arrasar todas las edificaciones entre las calles Canyelles y Gasòmetre, Lleida y Unió. Se pueden contemplar los zócalos donde se levantaban las columnas que dividían las naves de la basílica, de la cual se reconstruyeron un par de espacios abovedados y se colocaron, con más interés estético que histórico, unas cuantas columnas con sus capiteles y un entablamiento. Pasado el puente, lo que queda (debidamente “arreglada”) de una calle con cloaca y los restos de casas, interesante en la medida que aunque no es tan espectacular como la zona monumental en la Parte Alta nos permite hacernos una idea de cómo podía ser la Tarraco habitada por alguno de los 40.000 ciudadanos, con sus vidas y preocupaciones, alegrías y penas.

El Foro es menos visitado, pero ahí sigue abierto para quien quiera descubrirlo. Otro cantar, por desgracia, es la Necrópolis, excavada a partir de 1925 por Serra i Vilaró aprovechando que era el espacio escogido para construir la Tabacalera. Miles de tumbas de todas clases (2.050, para ser exactos), restos humanos, mausoleos,…un vasto espacio de uso fúnebre entre los siglos III y VI dC y que por su extensión es de las más importantes del Imperio Romano, con elementos tan característicos como el mosaico del obispo Optimus, el llamado “Sarcófago del Pedagogo” o la famosa muñeca articulada de marfil encontrada como ajuar funerario en la sepultura de una niña de 5 años.

Todo esto sólo puede vislumbrarse desde la calle, pues por desgracia en 1993 se cerró por decreto de sus responsables, a los cuales nunca se les ha pedido explicaciones por privar a la ciudad de tan fabuloso museo además de no ser presionados para reabrirlo.

Serra i Vilaró murió en 1969 y está enterrado en nuestra Necrópolis, dentro de una tumba romana por él encontrada, y ahí sigue sufriendo sus huesos la soledad acompañada de la memoria de 2.050 personas que, como él y como nosotros, también amaban Tarraco.

 

Amigos de la Cultura (1 ª parte)


Con el arranque de la capitalidad de Tarragona 2012 nace el colectivo denominado ‘Amigos de la Cultura’, con la clara vocación de hacer más partícipes a todos los ciudadanos de la cultura tarraconense. Amigos de la Cultura es una iniciativa del Ayuntamiento de Tarragona que permitirá a la ciudadanía participar activamente en la vida cultural de la ciudad y estar informada de los acontecimientos, recursos y oportunidades que ofrece Tarragona.

Las personas que quieran formar parte de Amigos de la Cultura dispondrán de un canal de información directo y podrán beneficiarse de un conjunto de ventajas. Uno de los aspectos más destacados, según destacó el Consistorio en un comunicado, de formar parte del colectivo Amigos de la Cultura es que se tendrá la oportunidad de «colaborar en una gran diversidad de actividades culturales. Esta colaboración tendrá un amplio abanico de posibilidades, como ayudante colectivos de personas con necesitas específicas que asistan a algún acto, llevando a cabo funciones de apoyo en eventos culturales, haciendo tareas informativas y de difusión o acogiendo a artistas y otras personas que nos visiten entre muchas otras fórmulas de colaboración «.

Los Amigos de la Cultura celebrarán su primer encuentro el próximo lunes 13 de febrero, a las 19 h, en la Antigua Audiencia (Plaza del Pallol 3, de Tarragona). Durante este encuentro se explicarán las tareas que podrán realizar durante este año en el que Tarragona es la Capital de la Cultura Catalana. Aquellos que lo deseen, podrán hacerse un carnet que les dará ventajas culturales entre otras cosas. Quien todavía no haya tenido la ocasión de hacerlo, podrá inscribirse in situ como miembro de este colectivo de ciudadanos y ciudadanas.

Están invitadas al acto todas las personas interesadas en participar en el mundo de la cultura tarraconense. Al encuentro asistirá la teniente de alcalde de Cultura, Patrimonio y Fiestas, Carmen Crespo y algunos responsables de los actos de Tarragona 2012.

Aquellos que quieran más información pueden dirigirse a la Casa Sefus, bajada del Rosario, 5, al teléfono 977 29 61 37, o enviar un correo electrónico a amicsdelacultura@tarragona.cat

FUENTE: http://www.tarragona21.com

Experiencias con Dalí (1 ª parte)

Os proponemos esta nueva exposición situada en la CX Sala de exposiciones Tarragona.

En las postrimerías de la dictadura franquista, Tarragona quiso conmemorar su bagaje histórico y cultural romano, del que se sentía muy orgullosa. Lo hizo el 17 de agosto de 1973, de la mano del célebre artista catalán Salvador Dalí que, invitado por el consistorio tarraconense, encentar los actos del bimilenario de la estancia de Octavio César Augusto, en la fiesta de San Magí.

Esta exposición, Experiencias con Dalí, pretende dar una visión muy personal de los tarraconenses y tarraconenses que vivieron esta efeméride. Multitud de puntos de vista, a menudo enfrentados, de aquel acontecimiento especial, lo que significó y de la lectura que se hace desde la actualidad.

La muestra recoge imágenes cinematográficas inéditas, fotografías y diferentes objetos recuperados gracias a la participación ciudadana, así como del cuadro mismo que Dalí pintó en conmemoración del bimilenario de la estancia de Augusto. El resultado es una exposición audiovisual de gran valor documental producida por la Fundación Caixa Tarragona, en colaboración con el Aula de Cine de la URV y el Ayuntamiento de Tarragona.

Entrada libre

Horario de visita: de lunes a domingo, de 10h a 14h y de 17h a 21h.

Visitas guiadas gratuitas: sábados, 19h.

Del 16 de febrero al 29 de abril

FUENTE: http://www.fundaciocaixatarragona.com

El Cuerpo de Guardia (Paseo Arqueológico)

Desde el mismo momento en que las tropas de Gneo Escipión pusieron pie en lo que luego será Tarraco que la ciudad ha sido considerada plaza fuerte: de los romanos a los visigodos, de la época medieval a los tiempos de los Austrias, de los Borbones hasta la década de los cincuenta del siglo XIX. Su posición privilegiada sobre una escarpada colina por su ladera Norte desde la cual no sólo se domina la línea de costa que abarca desde la Punta de la Mora al Cabo Salou, sino también toda la llanura que se extiende hasta las Montañas de Prades, ha permitido que la urbe fuera considerada un baluarte a lo largo de toda su historia, pues no en vano durante la Guerra de la Independencia se la llamó “Tarragona la fuerte”.

Las imponentes murallas levantadas por los romanos fueron reaprovechadas por la ciudad a partir de la Reconquista, principalmente las que rodean la colina sobre la que se asentará la Tarragona medieval y moderna, siendo remodeladas en el siglo XIV para reforzarlas (la Torre del Arzobispo sería un ejemplo), y mejorándolas en el siglo XVI como el Fortín Negro.

Sin embargo, será en 1704, durante la Guerra de Sucesión, cuando ingenieros británicos mejoraron las defensas y enfrente del muro romano levantaron una imponente contramuralla, la Falsa Braga, con troneras para la artillería y con baluartes para poder resistir mejor un posible asedio. Dentro de este complejo, visitable en el actual Paseo Arqueológico, construyeron también el Cuerpo de Guardia, lugar de descanso de la tropa de guarnición con distintas salas abovedadas comunicadas entre sí debajo del baluarte de Santo Domingo.

A raíz del bicentenario del asedio y toma de Tarragona por los franceses en 1811, el Ayuntamiento adecentó este espacio con unos interesantes paneles indicativos sobre la historia de la muralla, con grabados de la época moderna, una reproducción a escala real del relieve romano de la diosa Minerva que se encontró en  la torre del mismo nombre y, lo más interesante aparte del audiovisual, una maqueta que muestra cómo era la ciudad antes del asedio napoleónico, con los fortines y murallas que la defendían, pocos de los cuales han llegado hasta nosotros.


4ª Concentración de Vehículos Clásicos (Tarragona, 05/02/2012)

Este pasado domingo 5 de febrero, se realizó la 4ª Concentración de Vehículos Clásicos de La Pobla de Mafumet.

Este año eligieron realizarla en Tarragona con la participación de más de 50 coches clásicos.

En 2008 nace la Asociación de Vehículos Clásicos de la Pobla de Mafumet, una entidad sin ánimo de lucro que tiene como objetivo promocionar y difundir la cultura del vehículo clásico en dicha población. La asociación se crea con el propósito de organizar encuentros, salidas y actividades diversas en relación con el vehículo clásico. Esta entidad queda abierta a todo el que desee participar y tenga ganas de compartir buenos momentos. El único requisito es disponer de un vehículo clásico (de mínimo 25 años de antigüedad).

Con estos encuentros y concentraciones, se logra crear una comunidad de gente con el mismo interés por los vehículos clásicos, mayores y niños, familias y amigos. Todos ellos gente sana y con muchas ganas de compartir experiencias en torno a este interés común.

Hablando con los organizadores, nos comentaron que viene gente de Utiel (Valencia), Zaragoza, Tarragona, Reus, la Pobla de Mafumet y muchos más pueblos y ciudades hermanos.

A parte de todo esto, se organizaron visitas guiadas para todos los participantes visitando los vestigios romanos que tanto nombre dan a nuestra ciudad.

Un placer poder concer a este colectivo tan familiar y auténtico. Y sobre todo, nombrar, entre otros a Manolo y Pedro por contar con Argos para disfrutar de un domingo en familia.

Os dejamos una muestra de coches que pudimos ver y disfrutar ayer.